martes, 25 de junio de 2013

CONTAMINACIÓN AUDITIVA


El oficial José Luis Montás

La lista de dominicanos que sufren de algún problema de salud es larga. Unas afecciones tienen su origen en la ciencia (genética, herencia, malformaciones...). Sin embargo, hay otras que son provocadas por la inconsciencia de quienes apuestan a disfrutar en detrimento de los demás. En el país por ejemplo, carros con bocinas con música a altos decibeles, colmadones, los famosos “drink” y la poca educación de algunos vecinos que se dejan envolver por la magia de la bulla, contribuyen a la contaminación sonora.

“Estamos trabajando para reducir al máximo la contaminación sonora”, explica sobre el tema José Luis Montás, encargado Departamento Antirruidos.

Montás afirma que las autoridades, con el respaldo de la jefatura de la Policía Nacional y el Ministerio de Medio Ambiente trabajan en relación a esto. En este sentido explica que son muchas las medidas que se están tomando al respecto. Dice que la Ley 287-04 sobre Prevención y Limitación de Ruidos Nocivos y molestos a la salud que producen contaminación sonora está aplicándose a todos los niveles.

Cuenta que los ruidos a altos decibeles provocan intraquilidad y estrés, lo que a su vez produce una sustancia llamada catecolomina que acelera el ritmo cardíaco. “La constante exposición a sonidos muy elevados (decibeles por encima de los 80), producen problemas nocivo al corazón que además afectan la conducta de la persona afectada. Cuando los decibeles están por encima de los 90 hacen daño severos al oído”. Por esa razón trabajan en conjunto para evitar la propagación del problema. En lo adelante podrían contemplar la posibilidad de que los colmadones utilicen cristales antirruidos y así eviten que les sean incautadas sus bocinas.

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