Armando Almanzar
Hace unos días estuvo como invitada en el programa “Cineasta radio” una joven abogada que es la asesora legal de la Dirección General de Cine. Lástima, pero habíamos apuntado su nombre y el papelito se extravió.
Hablamos con ella sobre diversos tópicos, los impuestos que se descuentan a quienes financian, el sistema que se emplea para ello, el sistema para que quienes desean presentar un guión para que sea objeto de la ayuda de la DGcine, etc.
Pero, conversando sobre eso de la presentación de guiones, caímos en cuenta de un detalle que ya habíamos mencionado antes pero que confirmamos con ella que sabe perfectamente lo que está hablando: cuando un guión es presentado, no importa por quién ni el monto de lo que habría que costar ese proyecto, se sopesan rigurosamente los aspectos presentados en materia de costo, las locaciones, los técnicos que habrán de intervenir, los intérpretes, etc.
Pero nadie estudia a fondo ese guión desde el punto de vista de su calidad intrínseca como tal.
O sea, que lo mismo da que el proyecto que se presenta sea una adaptación de “El Rey Lear”, de Shakespeare o una novela importante de un autor dominicano, para poner apenas dos simples ejemplos, o que sea una historieta cargada de simplismos, que presenta a la mujer dominicana como una descerebrada loca por acostarse con el primer buen mozo que aparezca y a los dominicanos como unos imbéciles.
Y, preguntamos ahora, ¿no debería haber una comité, un grupo, un jurado o cómo le quieran llamar que fungiera como especie de colador para seleccionar lo mejor que se presente?
Después de todo, ese dinero que se ofrece como ayuda no son centavos, no son pesos, son millones, y ese dinero no pertenece a un millonario mecenas que lo ofrece como una gracia, sino que es dinero producto de los impuestos que todos pagamos, y ese dinero, entonces, por lo menos en nuestra opinión, debe ser usado buscando el mejor provecho posible para la imagen de nuestro país.
Porque, por desgracia, algunas de esas películas que han obtenido esos dineros, esos millones, no nos pueden representar en ningún foro internacional, es más, peor que eso: nos harían quedar muy mal a todos.
La lucha de Ana con Cheddy García
Hemos ido avanzando, hemos progresado a pesar de los tropezaones. Filmes como “Jean Gentile”, “La hija natural”, “La lucha de Ana”, “Jaque Mate” y “Los súper”, ya no nos harían pasar vergüenza ajena. Pero, por desgracia, y aunque parezca un contrasentido, las que más dinero hacen son las vergonzantes. No nos importa un rábano que las sigan haciendo.
Pero no con nuestro dinero.
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