martes, 26 de junio de 2012

LAS ORQUESTA AUMENTAN SUS TARIFAS ¡AHORA SI QUE HAY CRISIS PARA BAILAR MERENGUE!

Bailar merengue en vivo cada vez es más prohibitivo para las masas populares


Santo Domingo. Cada época tiene su música. No estamos descubriendo la fórmula del agua tibia con esta aseveración,  va con los gustos de cada generación. Quien no lo vea de esa forma y lo asuma no podrá entender lo que pasa a su alrededor.
La escena musical dominicana experimenta un cambio drástico desde hace un tiempo. La bachata emergió con fuerza, luego la música urbana se apoderó de gran parte del mercado. Los merengueros tradicionales y hacedores de propuestas de calidad se mantienen por encima de la música de poca calidad. Hoy toma fuerza la teoría de algunos de que el merengue está en crisis y algunos de sus exponentes se acusan mutuamente de ser responsables. Es más bien un show mediático que posibilita que uno que otros se mantengan en la palestra, no precisamente por lo que están haciendo, sino por el ruido que han provocado.
No creo que el merengue esté en crisis por la calidad de su exposición pues tenemos muy buenos ejemplos de artistas que se han caracterizado por hacer sus aportes más allá del día a día: Juan Luis Guerra, Fernando Villalona, Sergio Vargas, Eddy Herrera, José Peña Suazo, Kinito Méndez, Héctor Acosta, entre otros, nos dicen lo contrario . Que hay un merengue de poca calidad, eso siempre ha existido en todas las corrientes musicales.
Líderes del merengue no se han detenido al pensar que la decisión de encarecer sus costos los ha ido sacando del mercado, mientras otros grupos de baja calidad y algunos del movimiento urbano han aprovechado eso para quitarle territorio. Por ejemplo, contamos con agrupaciones que para su contratación hay que disponer de entre 400 mil hasta 250 mil por fiestas y ni hablar de lo que aspiran para hacer un baile fuera del país.  No han analizado que la industria del disco se fue a pique después del 11 de septiembre de 2011 tras los acontecimientos terroristas producidos en Estados Unidos. No han entendido que los bailes son su mejor aliado no solo para permanecer en el público, sino como forma de mercadear sus propuestas.
Lo que han hecho es aumentar sus  tarifas de manera exhorbitante y los grupos emergentes protagonizan bailes por sumas que van desde los 60 mil hasta 100 mil pesos y a sus organizadores les va muy bien en términos económicos. Eso si que es un golpe para los merengueros que no aterrizan en una época de dificultades para el país.
El merengue seguirá gravitando en el gusto popular, sin embargo, sus protagonistas y promotores tienen que aterrizar. Deben convertir la situación en una oportunidad para replantear su dirección y combinarla con estrategias que posibiliten su reposicionamiento en la plaza.  No es posible que lo que predomine sea la música desechable y a la que algunos le llaman “merengue de calle”.
La reunión que auspició Héctor Acosta y de la que habrá una segunda entrega debe ser aprovechada más allá de un recurso mediático. (El Blog de Severo)

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