Así quedó el carro de Ibelka Ulerio producto de una acto de terror político
Tomado de Merengala
El atentado de que fue objeto el vehículo de la comunicadora Ibelka Ulerio pone de relieve una agresividad, una actitud de intolerancia y de vandalismo que ninguna persona sensata y seria puede apoyar.
Mucho menos si es un comunicador social, por aquello de que entre "bomberos no se pisan la manguera". Aunque vivimos en un país de gente tan mezquina, que cuando suceden cosas como esa tratan de justificarlas o se hacen de la vista gorda.
No hay que ir muy lejos, y tomar de referencia a los cronistas de arte y a la misma gente de Acroarte, que cuando algún miembro se encuentra en problemas, en vez de apoyarlo, muchos se alegran, si éste pertenece a un grupo contrario o es alguien que no apoyó en las elecciones a quien está en el poder.
Una expresión del sectarismo, el invididualismo, los vicios, el egoismo y las debilidades que corroen nuestra sociedad, representadas por sus instituciones.
Dice Ibelka que vio con impotencia desde un balcón del sexto piso, donde compartíá una cena entre amigos, cómo desde un vehículo de color verde con banderitas del PRD, se bajó una persona con un objeto pesado en sus manos y le destrozó el cristal a su vehículo.
Se interpreta que esta agresión está motivada a que ella, junto a un grupo de comunicadoras, decidió brindarle su respaldo al candidato Danilo Medina, en sus aspiraciones de llegar a la presidencia de la República.
De verdad que resulta penoso que esta situación se esté produciendo, precisamente en contra de mujeres, pues una acción similar de violencia se vivió cuando una dama que acompañaba una caravana de la Primera Dama, fue atacada por tigueres insignificantes, que de esa manera creen que allanan el camino hacia el poder, sin percatarse de que con ello evidencina una gran desesperación.
Verguenza y pena debe dar.
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